jueves, 17 de octubre de 2019

Parque Pedro de Valdivia

Una de las principales áreas verdes de La Serena y que también forma parte de la historia de esta ciudad es el Parque Pedro de Valdivia, que si bien en la actualidad se llena de familias de paseo y de deportistas, tiene un pasado en que sólo fue polvo y matorrales. En el sector funcionó la estación de trenes, único edificio que se conserva en la actualidad y donde funciona la Casa de la Cultura del municipio. También hubo canchas de fútbol, la hermosa pileta llamada Espejo de Agua y más cercano en el tiempo una cancha de patinaje.ocomotora con sus vagones cargados con cebolla, por lo que los serenenses, al ser derrotados, asaltaron los vagones y echaron a cebollazos a los coquimbanos”, relata entre risas, Fernando Torres, quien hoy se desempeña como administrador del recinto. De la misma manera, Carlos Fuentes afirma que el lugar era propicio para jugar pichangas y perderse un poco de la casa. “Esto era un verdadero peladero, no había tantos árboles tampoco, los senderos para subir a lo que ahora es la avenida Pedro Pablo Muñoz eran de tierra, por lo que llegar arriba se hacía dificultoso después del tercer tiempo”, comenta el hombre, quien ya ronda los 80 años. Según recuerda, la creación del parque significó mucho para los habitantes, “le dio una mirada distinta a La Serena, quedó más bonito, aunque nos quitó el lugar para jugar los partidos”, exclama el hoy anciano.   Los primeros bosquejos El parque fue pensado y gestado durante el Plan Serena allá por la década del 50, a solicitud del Presidente Gabriel González Videla, instancia en la cual junto a la restauración arquitectónica, se crearon abundantes áreas verdes, como el Parque Gabriel Coll Dalmau, el Parque Pedro de Valdivia y el Museo al Aire Libre ubicado en el bandejón central de la Avenida Francisco de Aguirre. El arquitecto Guillermo Ulriksen y el paisajista Oscar Prager encabezaron el equipo de profesionales que desarrollaron las ideas y conceptos que dan forma al Plan Serena. “Cuentan las anécdotas que el paisajista, para diseñar la ubicación de los árboles, se colocaba unas cuentas de color, cada una representando a un tipo de planta y árbol, y mientras caminaba las iba lanzando y donde caían se colocaban las especies arbóreas, por ende la distribución era al azar”, relata al respecto el destacado historiador y arqueólogo Gonzalo Ampuero Brito. Según el historiador, en la bajada de calle Prat hacia la costa existían unos arcos conmemorativos a España, edificación que fue destruida para la construcción del parque, el cual fue concebido como antesala de la ciudad cuando el ferrocarril existía, “desde allí uno miraba el colorido de lo que era Pedro Pablo Muñoz, la idea era tener una vista más amigable de La Serena”, recalca Ampuero. De acuerdo con el historiador, el problema que había a fines del siglo XIX se originaba con las lluvias que convertían todo en pantano. Creditos para Andres arancibia - Yerko Rojas

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